Yates y Seguros en Panamá
Jesus Godoy
15 Febrero 2022
Es común que se entiendan como adversarios aquellos cuya relación, implica la confrontación de conveniencias. Las posiciones del asegurado y el asegurador han sido por muchos años sujetos de recelos e intrigas al momento de la ejecución de la póliza y es que, en mucho de ello, se teje la ignorancia de lo que, en sí, da sustento a la necesidad de esta relación. El cumplimiento de las obligaciones de cada parte radica en la ejecución de un control detallado que los yates deben llevar y que, en manejos prácticos, no suelen manejar. Con ello, queda sin sustento el cumplimiento de una obligación que además de demostrar el valor del bien asegurado, genera el parámetro de revisión sobre el cual, se garantiza el retorno o reembolso del pago de la póliza.
El proceso de seguro es una actividad viva, un ejercicio permanente que no solo halla función al momento de su renovación anual o en el reclamo de un daño, depende en mucho de la prueba-sustento de los valores al momento de su reaseguramiento, así como de las comprobaciones que se puedan presentar, no solo con facturas en mano, sino con controles que en realidad puedan ser leídos por los garantes del valor de la nave, o, por un nuevo comprador, que se construyen en el día a día de los servicios e inversiones de mantenimiento de los yates.
Es un error pensar o partir de la equivocada idea de que el ejercicio de cobro de una póliza del daño del yate, bien sea parcial, total constructiva o total, resulte en una batalla en la que una de las partes le "gane" a la otra, eso hace notoria la desviación del objeto por el cual se asegura un yate, toda vez, cada parte conste con los recursos y la asesoría adecuada para hacer de cada caso, un proceso que otorgue respuestas a los requerimientos que los ajustadores, en sano derecho, determinen solicitar.
La formula para la cobertura preventiva, del valor de la nave y el soporte adecuado sobre las inversiones que se realizan en el yate, parten de la intención del propietario con su organización en el manejo que da a sus bienes y como le gusta conservar el orden de sus bienes, pues no deja de ser el yate un elemento que además de depreciarse, pueda sostener su valor o incluso revalorarse, todo, previo control y vía de sustento.
Cabe mencionar que Panamá es pionera en la región en materia de servicios para yates y botes, todavía con algunas oportunidades atractivas por mejorar, pero innovadora en la diligencia propia sobre el estudio de conservación de valor de yates, siendo ello, un motivo de orgullo con el cual exponemos a Panamá como la punta de flecha del hemisferio en materia de cumplimiento para la industria marítima deportiva y una plaza en la que el propietario puede ver su nave con otros ojos.